Entramos al aula de un colegio cualquiera, especialmente en educación primaria. El profesor se encuentra en su mesa realizando alguna de las pesadas cargas burocráticas con las que se les hace perder el tiempo y la pasión mientras los chavales realizan un trabajo en equipo. Los críos no están lo que se dice concentrados. Algunos no saben ni por dónde empezar. Otros se dedican a parlotear con sus compañeros sobre otros asuntos o compiten en algún juego que descargaron en su tableta. Nadie se dedica a monitorizar. Al final todos -también el profesor- se irán de allí con la sensación de no haber aprovechado la mañana: con la horrible impresión de haber perdido el tiempo.

Errores del concepto de «facilitador»

Hace ya años que se empezó a hablar de que el profesor debía pasar de ser un transmisor del conocimiento a ser un «facilitador» y también, de esta manera, los alumnos dejarían de ser meramente pasivos para tener un papel activo en su aprendizaje. La idea estaba basada en teorías como el constructivismo, pero también en diversos estudios empíricos desarrollados en Estados Unidos a partir de los años 60 y es, en principio, una buena idea. ¿Qué ha fallado entonces?

El principal problema es que el modelo de «facilitador» que propone el constructivismo, salvo si el profesor lo adapta al mundo real del aula, provoca una enorme confusión en el alumnado, que ve cómo el trabajo se descentra, no se percibe su sentido y finalidad y, en consecuencia se produce una sensación terrible y desmotivadora de «pérdida de tiempo».

Para evitarlo en algunos centros como el extraordinario Joaquim Ruyra (L’Hospitalet de Llobregat) un enorme reloj recuerda siempre que las actividades se desarrollan en períodos de veinte minutos. Es una gran idea, pero no es suficiente. En el citado colegio todavía hacen más: se preocupan de que cada actividad esté orientada hacia un resultado concreto y de que la intención sea manifiesta. Así han conseguido que un centro con un 92 % de alumnado extranjero y más del 90 % en condiciones económicas precarias alcance resultados parejos a los de los mejores colegios privados de Cataluña. No es casualidad: es saber hacer.

De esta manera se ha roto un poco -lo que convenía- el concepto de «facilitador», que implicaba una muy escasa intervención del profesor en el proceso de enseñanza. Ahora el profesor interviene: diseña la experiencia, la orienta hacia un objeto del conocimiento y la comparte con los alumnos. En el Joaquim Ruyra tienen tan claro que hay que acompañar en las experiencias a los chicos que en cada aula cuentan con varios adultos implicados: maestros, padres, voluntarios…

Los estudios también apoyan esta idea: slgunos constructivistas como Richard Mayer descubrieron a través de sus trabajos experimentales que las «experiencias dirigidas» tienen mucha mayor eficacia que las que no lo son, en contra de los dictados de la teoría constructivista pura.

¿Qué es Monitorizar?

La monitarización es una parte esencial de la educación a través de competencias. El profesor, en lugar de estar sentado en su silla o a la espera de que alguien le haga una pregunta o le pida ayuda, observa activamente cómo trabajan los alumnos con un objetivo claro: verificar y comprobar el desarrollo de cada uno de ellos en la interiorización de competencias. Permite que los alumnos desarrollen la experiencia correspondiente en el entorno educativo que ha diseñado, pero está atento a que durante ese desarrollo se interioricen las competencias correspondientes.

¡Un ejemplo práctico, por favor!

Pensemos en una actividad sencilla: les pedimos a los chavales del aula que, en grupos de cuatro, preparen una exposición oral apoyándose en diapositivas sobre distintos aspectos del clima, para que adquieran los conocimientos propios de una unidad. Para ello utilizarán una tableta y podrán acceder a los contenidos del libro y también a internet.

Es una experiencia muy sencilla en un entorno educativo en el que se introducen la investigación, el uso de herramientas digitales y el trabajo en equipo. Una experiencia cuyo objetivo es el aprendizaje de un contenido concreto a través del desarrollo de una serie de competencias: autoconocimiento, trabajo en equipo, comunicación oral, narrativa digital, entre otras. ¿Qué diferencia a la metodología de educación a través de competencias? En este punto: el papel del profesor.

Desde luego, no tiene ningún sentido que los alumnos queden completamente a su aire, sin indicaciones y sin compañía real. Enseguida se despistarían y desmotivarían. Este dato hay que tenerlo muy en cuenta así como que parte fundamental del diseño de la experiencia es, también, determinar al tiempo con el que contarán los chicos y los alumnos que formarán parte de cada grupo, atendiendo a sus peculiaridades individuales.

Una vez que el trabajo haya comenzado el profesor se dedicará a monitorizar los grupos, lo que consiste básicamente en observar la forma en la que están desarrollando su trabajo, cómo se relacionan entre ellos y cómo plantean la exposición posterior. ¿A qué debe atender?

1.- A los Roles que los alumnos ocupan en cada grupo

Existen estudios que nos muestran el tipos de roles que las personas solemos adoptar en los equipos de trabajo según nuestra psicología y personalidad. Si no estamos atentos a este detalle es posible que el único alumno que consiga adquirir los conocimientos sea el que tenga más carisma, o bien que aparezcan en el grupo roles perniciosos. También es un momento muy adecuado para ver si algún alumno se encuentra marginado, tiene dificultades en las relaciones o incluso está en riesgo de sufrir acoso.

2.- A las relaciones que existen entre los miembros de cada grupo

Escuchemos sus diálogos, cómo discuten, cómo plantean ideas: ¿son asertivos? ¿saben valorar las propuestas de los demás y tomar de ellas los aspectos positivos? ¿son capaces de centrar sus discusiones en la tarea que tienen que hacer? ¿sus relaciones son constructivas y de respeto? ¿aparecen problemas de inteligencia emocional? ¿Cómo se va a desarrollar la presentación oral: se ayuda a los más tímidos, se adopta un reparto adecuado de las tareas?

 3.- A la narrativa digital

El objetivo de programas como el «power point» no es añadir palabras en movimiento o transiciones aceleradas, sino dotarnos de herramientas que potencien la comunicación. El tipo de letra, los colores, la disposición, los movimientos, las imágenes, el orden y la estructura… todo está al servicio de la narrativa digital: es el momento de potenciar esta competencia enseñando a los alumnos cómo deben hacerlo (mira este texto sobre la narrativa digital)

4.- A la presentación oral

¡Se acabó presenciar cómo los niños se apoyan en la pared, con las manos en la espalda, y recitan una retahíla de expresiones aprendidas de memoria, que posiblemente no comprender, mientras fijan su mirada en algún punto vacío del techo del aula! Es posible enseñarles a hablar en público y, además, es impresionante ver cómo se motivan en cuanto se dan cuenta de que están aprendiendo y mejorando. El profesor les debe mostrar cuál es la posición de partida adecuada (que puede variar, no se trata de encorsetarlos  en un modelo prediseñado), cómo situar el torso y las piernas, cómo mover las manos y potenciar la comunicación con el lenguaje no verbal, cómo usar el tono de voz, etc.

Tal vez me digan ¡pero cómo va a enseñar esas cosas el profesor! ¿Dónde las va a aprender él? Y les diré que es verdad, que tienen razón. La inteligencia emocional, el trabajo en equipo, el liderazgo, la comunicación oral y escrita, la gestión del tiempo… son competencias que el profesor no ha aprendido en su formación reglada y que, si conoce, no tiene por qué hacerlo al nivel adecuado como para enseñarlas. ¿Qué podemos hacer? Formarnos. Es urgente formarnos en competencias. Es, de hecho, la formación más urgente que necesitan los profesionales de la educación en todos los niveles, desde infantil y hasta la universidad. No debemos perder ni un minuto.

Para terminar, dos cosas:

1.- Te dejo este enlace a la estructura de la metodología Skills21 para que puedas comenzar este camino apasionante de convertirte en experto en educación en competencias.

2.- Y debajo tienes todas mis redes sociales, correo, etc., por si te animas a empezar. Estamos iniciando estudios en toda España.

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