La resiliencia es la habilidad que te permitirá enfrentar los desafíos de tu vida con fuerza, coraje y ​​determinación y en este post quiero compartir 7 prácticos consejos para aumentar la resiliencia.Espero que te sean útiles. La resiliencia no implica evitar el dolor, la angustia o las dificultades, sino más bien desarrollar la capacidad para afrontar y superar estos desafíos de manera mucho más eficiente. Las personas resilientes pueden aprender de sus experiencias difíciles, adaptarse a nuevas circunstancias y seguir avanzando hacia sus metas y valores personales.

Espero que estos consejos puedan ayudarte a elevar tus niveles de resiliencia.

Consejos para aumentar la resiliencia

Acepta la realidad

La aceptación de la realidad es fundamental para mejorar tu resiliencia. Por dura que ésta sea tienes que aceptarla.

Es posible que esta situación te genere un estado emocional relacionado con la tristeza. También puede ser que en el momento presente no se dan las circunstancias adecuadas para la resolución eficiente del obstáculo. Sé paciente, espera a que dichas circunstancias se den para actuar. Mientras tanto, acepta la situación tal cual es y enfócate (pon tu atención) en las cosas buenas que tienes en tu vida.

Reta tus creencias

Decía el famoso psiquiatra Viktor Frankl que cuando ya no podemos cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos. Para ello tienes que convertirte en otro observador de la realidad.

En un estudio desarrollado por la investigadora Ellen Langer demostró que cambiando las las actitudes y creencias de las personas mayores sobre el envejecimiento podría tener un impacto positivo en su salud y bienestar. Langer creía que muchas de las limitaciones asociadas con el envejecimiento podrían deberse a actitudes y creencias negativas arraigadas en la sociedad y en las personas mismas. Al romper estas creencias limitantes sobre la vejez, el nivel de resiliencia de los ancianos aumentó y con ello su bienestar psicológico, salud y autonomía.

Conecta con tus propósitos vitales

En los momentos difíciles es cuando más vas a necesitar creer que estás aquí para algo más que tu propia existencia. Que tu vida tiene sentido y que merece la pena vivirla y seguir luchando por aquello que quieres y amas. Pensar y recordar tu “para qué” te dará la fuerza y el coraje necesario para seguir remando en las turbulentas aguas de este camino llamado vida.

Habla, habla y vuelve hablar

Dicen que las penas compartidas son menos penas y es cierto. Busca a alguien de tu confianza y háblale de tu problema. Desahógate. En ocasiones, hablando con otras personas de esa situación que te angustia puede ayudarte a encontrar la solución o a verla desde otra perspectiva.

Además, las personas tienden a dar consejos y soluciones a los problemas que les contamos. Muchas de esas soluciones no te valdrán pero otras puede que sí. Presta atención a estos consejos y valóralos después con calma.

    • ¿A quién vas a llamar para contarle el problema?
    • ¿Cuándo?

El reencuadre, otra poderosa herramienta para aumentar la resiliencia

Observa el problema desde diferentes puntos de vista y quédate con aquella perspectiva que te sea más favorable. Ya sabes que tu percepción de la realidad no es la realidad en sí misma (el mapa no es el territorio). Seguro que existen diferentes prismas desde dónde examinar el problema que te ayudarán a tener el estado emocional adecuado para afrontar la situación y de este modo, contribuir a distanciarte emocionalmente de las experiencias que te están creando un impacto negativo y que poco o nada ayudan a su resolución.

Usa el humor como herramienta de reencuadre. Dale la vuelta al problema y encuentra su parte cómica. En cierta ocasión, un escritor recibió una nota anónima en la que se leía “Idiota”. Lejos de afectarle, compartió el contenido con sus acompañantes diciendo: “he recibido muchas cartas sin firmar, lo que nunca he recibido, hasta la fecha, es una nota firmada sin carta”

En cada dificultad, error, problema, puedes encontrar una parte positiva. Por adversa que ésta parezca, siempre hay una ganancia y es importante encontrarla. Por ejemplo: una pierna rota puedes verlo como una oportunidad para descansar, un cliente difícil lo puedes ver como un entrenamiento para ser mejor comercial, una ruptura sentimental te puede dejar tiempo para disfrutar de ese hobby que estabas postergando, un fracaso puedes verlo como una oportunidad de empezar de nuevo de una forma más inteligente. Cada dificultad te convierte en una persona más experimentada. ¿Tiene sentido, verdad?

Si solo/a no puedes ver la parte positiva, ayúdate de personas de confianza para que entre todos podáis llegar a conclusiones más positivas. Ellos te harán ver cosas que tú no ves. Te ayudarán a mirar el problema con otros ojos.

Puedes preguntarte:

    • ¿Cuál es la parte positiva de esta situación?
    • ¿En qué me ayuda esta situación?
    • ¿Qué gano con esto?
    • ¿Cómo puedo afrontarlo de diferente manera?

Transforma el problema en reto

Otra poderosa manera de aumentar la resiliencia es transformando los problemas en retos. La palabra problema hace que te centresen las consecuencias negativas, en lo que ha pasado, por qué ha pasado y lo miserable que te sientes por tener ese problema. Si sustituyes la palabra problema, por RETO, o DESAFÍO, enseguida verás cómo se abren las ventanas y comienzan a entrar alternativas, opciones, creatividad…

Una forma de enfocar ese reto es visualizar que ya lo has superado. Identifica qué cosas han mejorado, qué tipo de persona eres una vez ha pasado la crisis, qué nuevos recursos y fortalezas tienes una vez salvado el desafío.

Aumenta la resiliencia conectando con tus fortalezas y recursos

Es el momento de recuperar el DAFO que hiciste con las recomendaciones de este post (vuelve a leerlo si lo crees necesario, haz clic aquí). A partir de las fortalezas de tu DAFO, desarrolla un plan para superar el reto. También es importante que recobres toda tu autoestima y autoconfianza. Vuelve a recordar éxitos anteriores para empoderarte, ¿qué hiciste entonces? Seguro que hay lecciones del pasado que te pueden servir para esta nueva situación.

Habla con personas que crean en ti y te aporten mensajes de ánimo. Lee experiencias de hombres y mujeres que hayan pasado por situaciones similares a la que ahora te toca afrontar a ti ¿qué hicieron ellos? Seguro que te ayudan a diseñar tu propio plan de acción.

Deja de preocuparte y ponte a ocuparte. Haz !!!

Ponerse metas, hacer planes, establecer objetivos es crucial para aumentar la resiliencia. Diseña un plan de acción y ponte en marcha. Es posible, que al principio, los pasos sean pequeños. No debe importarte, ¡actúa!. Con cada paso, ganarás confianza y tu autoestima aumentará. Recuerda que todo camino, por grande que sea, empieza con un primer paso. ¡Empieza ya¡ ¡no esperes más!. Paso a paso irás avanzando hacia la resolución del problema. Si te caes, vuélvete a levantar. Pide ayuda si fuera necesario y sigue avanzando. Recuerda que no hacer nada no ayudará a que el problema desaparezca.

Es posible que no encuentres la solución a la primera. Sigue adelante, aprende de cada error, aprende con cada fallo. Reencuadra. Lo importante es mantener tu mente activa y, tarde o temprano, obtendrás resultados.

Espero que estos consejos te puedan ayudar a afrontar los desafíos de tu día a día de mejor forma. Seguro que tú tienes algún consejo más que pueda enriquecer este post y puede ayudar a otras personas a aumentar la resiliencia. Si es así, estaré encantado que lo compartas a través de algún comentario.