En esta entrada deseo hablarles de la Narrativa Digital, es decir, de la capacidad para utilizar las nuevas tecnologías como herramienta que enfatiza y mejora nuestras presentaciones tanto en las reuniones de trabajo como en comunicaciones públicas o de otro tipo. La Narrativa Digital puede consistir en el desarrollo de un mensaje a través de medios completamente digitales, pero también -y en este aspecto nos centraremos- en un apoyo para la comunicación oral.

El uso de la tecnología como apoyo del discurso es muy frecuente en todos los ámbitos. Si no sabemos utilizar con destreza los programas y aplicaciones habituales en este área nuestra capacidad de llegar a los demás disminuirá y muchos nos considerarán prácticamente como «iletrados digitales».

Sin embargo, la realidad es que hay muy pocas personas que sean realmente competentes en el uso de las nuevas tecnologías como apoyo a sus presentaciones o discursos, de tal forma que las utilizan de forma deficiente, o sin demasiado sentido o, lo que es peor pero muy frecuente, de tal manera que en lugar de mejorar su comunicación la empeora, la vuelve más farragosa o más pesada.

Además, esta competencia se ha vuelto también decisiva dentro del mundo escolar, tanto para profesores como para alumnos. Con cierta frecuencia mis hijos mayores, de 14 y 11 años, me plantean la necesidad de elaborar una narración digital para algún contenido de sus tareas escolares. Comentando este hecho con otros padres me he sorprendido al ver cómo daban una gran importancia al aprendizaje y uso del programa en concreto, como si el fin del trabajo fuese desarrollar habilidades en el uso de programas que son, de suyo, intuitivos y que serán sustituidos o modificados en pocos meses o años. La realidad es que nuestros hijos manejan tales programas o aplicaciones con soltura de manera casi inmediata, pero lo que no son capaces de aprender sin una formación previa es la competencia a la que dichos programas tienen que apoyar: la «Narrativa Digital».

El primer paso que tenemos que dar, por lo tanto, es un cambio de perspectiva: lo decisivo no es el manejo de la herramienta, también en el caso de los adultos. Bastará con dedicar un poco de tiempo y hacer algunas pruebas o ver tutoriales por internet para que podamos comenzar a manejarnos con la suficiente eficacia. En el caso de los niños, lo mejor es dejarles que exploren con total libertad… en poco tiempo podrán ser nuestros profesores particulares. Piense en el siguiente ejemplo: un carpintero necesita conocer cómo servirse de las herramientas que tiene a su alcance, pero se trata siempre de útiles al servicio de otra cosa y esa «otra cosa» (hacer un armario, una mesa, etc.) es el saber que realmente hace de un carpintero un buen profesional.

Vamos a detallar ahora los criterios fundamentales que nos ayudaran a realizar una buena Narración Digital:

   1.- Primer paso: ¿Potencia nuestro discurso?

Pregúntese si las imágenes, vídeos, citas o cualquier otro elemento que va a añadir potencian o no su discurso. Puede parece una cuestión baladí, pero créame que es la más decisiva de todas. Cuando piensa en incluir una imagen dígase a sí mismo: ¿qué sentido tiene? Nunca añada contenido sin tener claro el objetivo que persigue, y que siempre tiene que ser mejorar la transmisión de sus ideas.

Todos hemos sufrido a profesores o a conferenciantes que llenan las diapositivas de algún Power Point con cantidades ingentes de texto que, en muchos casos, se limitan a leer; o a otros que ponen una imagen tras otra, utilizando un centenar de impactos visuales para apenas unos minutos de exposición. Este tipo de errores resultan imperdonables: en sus presentaciones no debe de haber ni una sola imagen, esquema, gráfico, etc., que no tenga un sentido claro como apoyo a su discurso.

2.- Segundo paso: Se trata de construir un relato

Comience por preparar la presentación o conferencia como si no necesitase ningún proyector o pantalla, o como si por alguna razón no pudiese disponer de estos elementos. No me refiero sólo a tenerlo todo listo por si falla la tecnología (que nunca es un mal consejo), sino a asegurarse de que la narración es consistente antes de introducir elementos de apoyo. De esta manera percibiremos su coherencia y nos daremos cuenta del recorrido de la exposición. Pronto descubriremos qué ideas son las centrales y dónde conviene reforzar el mensaje con una diapositiva u otro tipo de elemento.

3.- Tercer paso: ¿Qué programa utilizar?

No sólo existen el Power Point o el Keynote, sino otras aplicaciones o programas que, además, presentan características particulares que los hacen más o menos convenientes según el papel que desempeñarán en nuestra presentación.

En el caso de que nuestro discurso tenga una línea sencilla, sin demasiados subapartados (como suele ser aconsejable), es mejor servirse de un programa basado en las diapositivas y utilizarlo con información, datos, gráficas, citas, etc., que refuercen el contenido. Sin embargo, hay ocasiones -sobre todo en el ámbito laboral o académico- en las que es inevitable que el contenido a transmitir sea complejo, o en las que es importante enlazar unas ideas con las otras y mostrar visualmente las relaciones que mantienen, cosa que es más difícil de realizar con un programa basado en diapositivas, porque tiende hacia la fragmentación, es decir, a mostrar la separación entre unas cuestiones y otras. Cuando me encuentro en una situación así prefiero echar mano de un programa con características mas narrativas, como podría ser el Prezi, que muestra la relación jerárquica entre las ideas y se desplaza suavemente de una u otra penetrando en ellas o recorriéndolas de una manera muy gráfica. Así proporciono una mayor continuidad a la narración y me desplazo de un tema a otro teniendo siempre presente la relación que mantienen.

Cuarto paso: ¿Qué contenido necesito en mi narrativa y para qué?

Lo comenté antes y es una regla fundamental. Insistamos en ello:

No incluya ningún elemento digital de apoyo que no tenga una finalidad clara

Las diapositivas deben servir para aclarar (esquemas), para insistir en las ideas centrales (imágenes, citas, frases) o para servirse del testimonio de autoridades o de estudios científicos (vídeos, gráficos, etc.). Por supuesto que hay muchas otras utilidades de los medios digitales, como introducir un concepto con un vídeo antes de desarrollarlo completamente, servir como un guión para la exposición, etc… no se trata de enumerar aquí las posibilidades que nos ofrecen, sino de tener claro que todo apoyo digital debe tener una finalidad clara. En el caso de que dude sobre si tiene sentido incluir esto aquí o allá déjelo de lado.

Quinto paso: Se trata de Comunicar

Todo tiene que estar al servicio de la comunicación, es decir, de que su mensaje sea comprensible y persuasivo. Para ello tendrá en cuenta las leyes de la lógica y presentará un discurso coherente y con una estructura definida, pero también ha de atender a las normas básicas de la persuasión (en las que puede profundizar pulsando aquí)

Un principio básico es no abusar de los efectos en las imágenes, de textos que aparecen dando saltitos de un lado para otro o de otras posibilidades que los programas ofrecen pero a las que hay que acudir con suma prudencia. Al abusar de tales recursos producimos un efecto similar al que resulta de un actor que sobreactúa en el escenario, y podemos incluso rozar el ridículo. Deténgase un momento y piense: ¿cuál es la mejor manera desde el punto de vista narrativo para pasar en este momento de una diapositiva a otra o desplazarse en el espacio virtual que ofrece Prezi? Depende completa y absolutamente de lo que quiera contar y de cómo quiera contarlo. ¿Pretende presentar una idea que es central y destacar su carácter innovador? Tal vez convenga un efecto de entrada o un cambio en el tipo de letra o en su tamaño. ¿Ha terminado una parte muy definida de su narración y quiere enfatizar que inicia un tema distinto? Que se note. No utilice el mismo tipo de transición entre diapositivas, sino una más marcada, más clara, para reafirmar ese detalle y, al mismo tiempo, la estructura de su discurso. De la misma manera que muestran estos ejemplos, todos los elementos que aparezcan, incluyendo efectos, cambios, música, etc., debe encontrarse al servicio de la comunicación y de la persuasión.

Siempre el apoyo digital al servicio de la comunicación y nunca, nunca, al revés.

Los chicos, sobre todo cuando empiezan a manejar estos programas, sobreutilizan los efectos, las transiciones e incluso los sonidos. No se preocupe: es bueno que se familiaricen con los recursos con los que cuentan y que lo hagan jugando, explorando y desarrollando su creatividad. No cercene su creatividad, pero sí ayude a encauzarla preguntándoles el motivo de un movimiento de texto o de una entrada o cambio en las imágenes. El objetivo es que ellos se pregunten por qué van a utilizar una opción en lugar de otra y, de esta manera, comiencen a buscar la más apropiada y a desarrollar un criterio al respecto. En lo que más necesitan nuestra ayuda no es en dominar el programa, sino en seleccionar y presentar bien la información, en transmitir el mensaje con eficacia y, en definitiva, en saber construir una adecuada narración digital.

Espero que estas reflexiones les hayan sido útiles y, también, que compartan con nosotros cualquier otra cuestión que les parezca importante o que piensen que hemos olvidado. Hoy en día el conocimiento es poder, y compartirlo es la mejor manera de construir una verdadera democracia.

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